Durante el verano se produce una mayor deshidratación del cabello provocada por la incidencia de los rayos solares, y más concretamente los ultra violeta, que penetran en las cutículas y debilitan los folículos pilosos. Es fundamental mantener la hidratación capilar necesaria, que varía alrededor del 15 y 17%, puesto que la falta de agua causa daños en la capa hidrolipídica, modificando la propia estructura del cabello: cuartea la melena y da como resultado un pelo áspero y seco. La playa es el escenario más perjudicial para el cabello porque el mar contiene salitre, que son pequeños cristales que hacen efecto lupa atrayendo los rayos solares. El viento, por su parte, al tratarse de aire caliente que arrastra diferentes partículas, produce mayor sequedad. Y los minerales marinos que contiene la arena producen oxidación y una destrucción progresiva del pelo. Y como curiosidad, los cabellos que son rizados, suelen tener mayor grosor, de forma que la deshidratación se produce en un perio...